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John Aristotle Phillips, el joven que diseño una bomba atomica como proyecto de clase

John Aristotle Phillips nació en agosto de 1955 en North Haven, Connecticut. Hijo de padres inmigrantes griegos, su padre fue profesor de ingeniería en la prestigiosa Universidad de Yale. Tras pasar por varios colegios en su adolescencia y con 21 años acabó estudiando física en la Universidad de Princeton. Allí, un año después le llegaría el reconocimiento y la fama internacional.

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Realmente hasta entonces ninguna de sus notas escolares lo mostraban como chico listo. Philips era un estudiante de bajo rendimiento, bastante mediocre, había repetido algún curso y sus calificaciones a menudo rozaban el suspenso. Tampoco era el más popular. Se le conocía como “el Tigre”, apodo que se debía al traje que utilizaba cada sábado por la tarde como mascota animadora de los partidos del equipo de fútbol. El Tigre se convirtió en El Tigre poco después de que lo despidieran de su anterior intento por adentrarse en la vida estudiantil como parte de la banda animadora de Princeton.

Cada día, al acabar las clases, el joven acudía a una pizzería que se encontraba dentro del campus donde se sacaba un dinero extra para costearse la vida de estudiante. Así que entre clases, partidos como mascota y sirviendo pizzas, el joven Philips pasó ese primer año sin pena ni gloria.

Freeman Dyson

Freeman Dyson

Al año siguiente a Philips le toca como profesor de física Freeman Dyson. El es un matemático y físico inglés que llegó a la universidad despues de la Segunda Guerra Mundial mientras servía en la British Bomber Command. Entre otros logros, el físico demostró la equivalencia de las formulaciones de la electrodinámica cuántica de Richard Feynman, trabajó en el Proyecto Orión y es el padre de la llamada esfera de Dyson, esa hipotética megaestructura alrededor de una estrella mediante la cual permitiría a la civilización avanzada aprovechar al máximo la energía lumínica y térmica del astro.

Dyson también había trabajado junto a Richard Feynmann en algunos de los proyectos de Hans Bethe, el físico que participó en el desarrollo de la primera bomba atómica (Proyecto Manhattan) y sin duda una de las figuras clave en el éxito de los extremadamente difíciles cálculos que implicaban la física de las reacciones nucleares.

En el año 1977, el profesor de física le pidió a sus alumnos un trabajo final, Philips le propone un título simple pero tremendamente espectacular: “Cómo construir tu propia bomba atómica”. El alumno acude al despacho de Dyson y se lo plantea. Le dice que su idea será algo así como un esbozo de la bomba de Nagasaki. El físico se queda perplejo pero acepta el reto de Philips. Únicamente le dice que no piensa darle ningún tipo de información adicional y que de lograrlo, automáticamente le daría una A, la mayor calificación posible. También le dice con sorna que si lo consigue, tras la calificación quemaría inmediatamente el trabajo.

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Las semanas siguientes fueron un trabajo a tiempo completo buscando y recopilando información de cualquier sitio. El estudiante se hizo con una pila de documentos desclasificados del National Technical Information Service. Paso varias noches de insomnio en la biblioteca del centro apilando información, consultando libros de texto de física, comunicados del gobierno e incluso contactó con la Du Pont para resolver varias dudas sobre dispositivos de implosión. Cuando llegaba a su habitación reestructuraba todo y lo volcaba en su antigua máquina de escribir.

Y así llegó el día en el que John Aristotle Phillips se presentó en el despacho del profesor Tyson con su trabajo final. Fueron 40 páginas donde se explicaba detalladamente cómo construir una bomba atómica a pequeña escala. Tyson alucinó y le acabó dando la máxima calificación. Sin embargo no quemó el trabajo como le había dicho de manera distendida. Al contrario, el proyecto de Philips se pasó del boca a boca y comenzó a hacerse viral fuera de los círculos de la Universidad de Princeton.

Phillips explica su diseño en un documento de 40 páginas sobre física. Según el físico nuclear Frank Chilton de Palo Alto, California, el estudiante de Princeton ha superado algunas de las mayores dificultades en la construcción de un dispositivo nuclear. "Dice que es 20 años atrás del tiempo", observa Phillips, "pero aún más sofisticada que la bomba de Hiroshima". Phillips no construyó la bomba, pero sería del tamaño de una pelota de playa y pesaría 125 libras. Costaría alrededor de $ 152,000, de los cuales aproximadamente $ 150,000 se necesitan para comprar las 15 libras de plutonio necesarias para que explote (con la mitad de la fuerza de la bomba de Hiroshima). El plutonio, sin embargo, está en venta solo para gobiernos, empresas y personas debidamente acreditadas. "La idea es que lo robes", dice Phillips.

Philips se convirtió en una celebridad apodado como The A-Bomb Kid. A las pocas semanas tocaron en la puerta del estudiante. Un torpe funcionario pakistaní le ofrecían una gran suma de dinero por hacerse con el material del trabajo pero el FBI tuvo conocimiento y el trabajo final fue confiscado y clasificado junto a una maqueta que había construido.

En 1979, Philips publicó la historia junto a su amigo David Michaelis. El libro Mushroom: The True Story of the A-Bomb Kid contaba su versión de los hechos y cómo había pasado a convertirse en alguien famoso.


Philips consiguió con su trabajo lo que quería: reconocimiento, tanto del mundo como de su respetado profesor Dyson. Paradójicamente, acabó siendo un reconocido activista antinuclear para luego aspirar como candidato a la Cámara de Representantes de Estados Unidos (Partido Demócrata) en el 80 y en el 82, aunque jamás tuvo tanto éxito como en su etapa de estudiante. Quizá por ello siempre será recordado simplemente como The A-Bomb Kid.